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siguiente noticia publicada por La Vanguardia
Benedict Carey, 01/06/2005
CIENCIA –
Amor (*) y sexo: Polos opuestos cerebrales.
Nuevas investigaciones desvelan que el amor y el sexo son impulsos
biológicos totalmente diferentes, estando el primero más próximo a
impulsos como el hambre, la sed o la adicción a las drogas que a estados
emocionales como la excitación o el afecto.
(The New York Times ) El enamoramiento sume al que lo siente en algo que
parece una enfermedad mental –mezcla de manía, demencia y obsesión– que
aparta a la gente de sus amigos y de su familia, y produce un
comportamiento extraño (llamadas telefónicas compulsivas, serenatas
desde el tejado), que podría ser confundido con una psicosis.
Ahora los científicos han producido imágenes cerebrales de esta
actividad antes de que se asiente en la etapa del romance de vino y
rosas o en la rutina del compromiso de larga data. En un análisis de las
imágenes publicado en la revista The Journal of Neurophysiology,
investigadores de Nueva York y Nueva Jersey argumentan que el amor
romántico es un impulso biológico distinto de la excitación sexual.
Es más: según afirman los investigadores, está más próximo a impulsos
como el hambre, la sed o la adicción a las drogas que a estados
emocionales como la excitación o el afecto. La investigación ayuda a
explicar por qué el amor produce esas emociones disparatadas que van de
la euforia a la rabia y la ansiedad y por qué parece hacerse incluso más
intenso cuando se termina.
“Cuando alguien está en las garras de este amor romántico es irracional,
va al gimnasio a las seis de la mañana... ¿Por qué? Porque él o ella
está ahí”, dijo la doctora Fisher, antropóloga de la Universidad Rutgers
y coautora del análisis. "Y cuando uno es rechazado, puede contemplar la
posibilidad de acosar a su amada, tanto como el homicidio o aun el
suicidio. Esta compulsión hacia el amor romántico puede ser más fuerte
todavía que las propias ansias de vivir."
La tecnología de imágenes cerebrales no puede leer la mente, advierten
los especialistas, y un fenómeno tan complejo y socialmente determinado
como el amor trasciende gráficos de computadora como los producidos por
la técnica utilizada en el estudio, llamada resonancia magnética
funcional. Sin embargo, según el doctor Hans Breiter, director de la
Colaboración en Neurociencias de Motivación y Emoción del Massachusetts
General Hospital, "este estudio realmente mueve el tablero en términos
de entender la emoción romántica".
Recompensa y aversión
"Los hallazgos concuerdan con un cuerpo creciente de literatura
científica que describe un sistema de recompensa y aversión, y ponen
esta construcción intelectual del amor sobre el mismo eje de recompensas
como el alimento, el calor o la adicción a las drogas", afirmó.
En el estudio, las doctoras Fisher y Lucy Brown, del Albert Einstein
College of Medicine, del Bronx, y el doctor Arthur Aron, psicólogo de la
Universidad Estatal de Nueva York, en Stony Brook, condujeron a un
equipo que analizó alrededor de 2500 imágenes pertenecientes a 17
estudiantes universitarios que se habían enamorado hacía semanas o unos
meses.
Los estudiantes observaron una foto de su amada/o mientras una máquina
de resonancia magnética escaneaba su cerebro. Los investigadores luego
compararon las imágenes con otras tomadas mientras los estudiantes
miraban la foto de un conocido. La tecnología de resonancia magnética
funcional detecta incrementos o descensos del flujo de sangre en el
cerebro que reflejan cambios en la actividad neurológica.
En el estudio, un mapa generado por computadora de las áreas
particularmente activas mostró puntos calientes en el cerebro profundo,
por debajo de la consciencia, en áreas como el núcleo caudado y el área
tegmental ventral, que se comunican entre sí como parte de un circuito.
Estas regiones tienen un denso contenido de células que producen o
reciben un químico llamado dopamina, que circula activamente cuando las
personas desean algo o anticipan una recompensa. En estudios en
jugadores, consumidores de cocaína e incluso gente que apuesta a juegos
de computadora por pequeñas cantidades de dinero, estos sitios
dopaminérgicos se activan extremadamente cuando ganan.
Sin embargo, enamorarse está entre los comportamientos humanos más
irracionales, no sólo es cuestión de una pequeña satisfacción o de ganar
una recompensa. Los investigadores encontraron que un punto en
particular, en el núcleo caudado, estaba especialmente activo en
personas que obtenían altos puntajes en un cuestionario que mide el amor
apasionado.
Esta región vinculada con la pasión está en el lado opuesto del área que
registra la atracción física, descubrieron los científicos, y pareció
estar vinculada con el deseo y la inexplicable pulsión que la gente
siente hacia una persona en particular entre otros que la atraen.
Esta distinción entre encontrar atractivo a alguien y desearlo, entre
gustar y querer, "ocurre en una zona del cerebro de los mamíferos que se
ocupa de funciones básicas, como comer, tomar, mover los ojos, todos en
un nivel inconsciente, y no creo que nadie esperara que estuviera tan
especializada", dijo Brown.
La intoxicación de un nuevo amor se amortigua con el tiempo, por
supuesto, y las imágenes reflejan evidencias del cambio, dijo Fisher.
En un estudio anterior, publicado en 2000, investigadores de la
Universidad de Londres monitorearon la actividad cerebral de hombres y
mujeres jóvenes que habían tenido una relación durante dos años. Las
imágenes mostraban activación en muchas de las mismas zonas, pero
significativamente menos en la región relacionada con el amor
apasionado, explicó.
En el nuevo estudio, los investigadores también vieron diferencias
individuales en su grupo basadas en el tiempo transcurrido desde el
comienzo de la relación romántica. Comparados con los que se encontraban
en las primeras semanas de su amor, aquellos que ya habían pasado más de
un año mostraban significativamente mayor actividad en una zona del
cerebro ligada con el compromiso de largo plazo.
El amor reciente es tan rotundo por el temor siempre presente de que no
sea enteramente correspondido, por la posibilidad de que el sueño
termine súbitamente.
Fenómeno frustración-atracción
En otro experimento, los científicos descubrieron que cuando una persona
es rechazada, se activa la zona del cerebro vinculada con el amor
apasionado. "Se trata de un fenómeno que llamo frustración-atracción",
dijo Fisher.
Una de las voluntarias del estudio fue la neoyorquina Susanna Katz, de
22 años, que desde hacía tres años había finalizado una relación con su
novio. Katz dijo que se había vuelto hiperactiva para distraer su
atención luego de la separación, pero que también sufría en ciertos
momentos de un estado físico similar al de la abstinencia.
En otros estudios, investigadores hallaron que, entre otros procesos, un
nuevo amor involucra la internalización psicológica de la figura del
enamorado, absorbiendo elementos de las opiniones de la otra persona,
sus hobbies, sus expresiones, su carácter como así también compartir los
propios.
"La expansión del yo ocurre rápidamente -dijo el doctor Aron, co autor
del estudio-. Es una de las experiencias más excitantes, y lejos de
amenazar nuestra supervivencia, es una de las experiencias que más nos
motivan."
Para vivir todo esto de una sola vez, mientras uno está enamorado, se
enrieda con las emociones o áreas más profundas del cerebro.
Inevitablemente, la actividad en esas áreas, se calma y los circuitos
del cerebro relacionados con la pasión quedan intactos hasta que un
nuevo amor se cruce por el camino, concluyen los investigadores.
(*) Donde dice Amor, sustituir por enamoramiento.
Hace de ello tal vez
30 años,
yo exponía que:
“El enamoramiento es una enfermedad mental transitoria”, Es parte del crecimiento personal y madurez. El enamoramiento, no tiene que ver nada con el amor. El amor es un noble sentimiento generoso y abnegado. Ejemplo de éste:
el sentimiento de la madre por el hijo, del nieto por el abuelo, del
amigo por el amigo y en gran plenitud, el sentimiento de la persona por
la humanidad (Madre Teresa de Calcuta).
El amor nada pide y nada espera a cambio. Es inclusivista. (Que incluye a varios)
El enamoramiento es exigente.
Espera reconocimiento del otro.
Se dirige a una persona y no a un colectivo.
Es exclusivista. (Sólo la persona de quien está enamorado ha de estar
y ser para él/ella))
En definitiva es una transferencia del yo al tú. (Del inconsciente al
conciente del otro)
El enamorado no ama a la otra persona, sino a sí mismo en la persona
del otro (que es él mismo)
(Quien desee una excelente documentación al respecto, lea “La
Psicología de la Transferencia” del gran psiquiatra suizo Carl G. Jung)
Cuando el enamoramiento se desvanece, éste puede convertirse en amor,
o amistad, o simpatía, o indiferencia, e incluso odio (por no ser uno como
el otro esperaba).
Hago este breve resumen de mi pensamiento con respecto al Amor versus
Enamoramiento, porque no siempre ha sido bien acogido por quienes me
escuchaban.
¡Qué haría El Corte Inglés sin el Día de los Enamorados!
Comoquiera, y que pese a que Jung ya escribiera del tema por allá los
años 30, nada existe en esta sociedad, a no ser que esté científicamente
demostrado. (Especialmente por los americanos)
Mi reflexión final coincide con la del emperador Adriano:
“Tener razón a destiempo, equivale a no tener razón”
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