RETRATOS

He de confesar que siempre he sido admirador del maestro David Hamilton, muy de moda por los años '70, y más aún después de haber leído a Jung con su teoría del Anima-Animus. Así pues comencé a crear un estilo basado en ambos maestros.

Pero fue necesaria mi incursión en el arte pictórico en donde descubrí a Caravaggio (1571-1610), maestro de la luz para muchos fotógrafos (como declarara el malogrado Nestor Almendros)

Por lo que, con toda humildad confieso, he hecho lo posible para que mi obra fuese una mezcla entre cámara y lienzo. 

Mi presunción llegó a forjar la idea en mí de que bien podría ser yo el Hamilton de los adolescentes, al estilo y forma del maestro. Pero...mi situación económica no permitió contratar a modelos, ni he tenido benefactor alguno que me subvencionara. El resultado es más bien un atisbo de lo que pudo haber sido y no fue. No obstante deseo agradecer públicamente a aquellos que de forma voluntaria y desinteresada han posado para mi sueño.