Felicidad

Lo malo de la felicidad es que al irse deja el recuerdo.

Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido. 

(Maurice Maeterlinck)

Donde va la ternura le sigue la felicidad.

No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices. 

(Robert Louis Stevenson)

La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria. 

(Ingrid Bergman)

Todo el mundo desea ser feliz; pero no que lo sea todo el mundo. 

(Jaume Perich)

El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace.

(León Tolstoi)

Los griegos todo lo decían a medias. Desde luego, "conócete a ti mismo" es el secreto de la sabiduría; pero "desconócete a ti mismo" es el secreto de la felicidad. 

(Heine)

Hay dos maneras de conseguir la felicidad: una, hacerse el idiota; otra, serlo. 

(Jardiel Poncela)

Feliz aquel que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo con sus facultades.

(Johann W. Von Goethe)

El dinero no puede hacer que seamos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo.

(Jacinto Benavente)

La felicidad subyace en la búsqueda, no en los logros de la vida.

(Richard Linklater)

El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.

(Aldeus Huxley)

Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.

(Sigmund Freud)

Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías de la vida mientras esperan la gran felicidad.

(Pearl Sydenstricker Buck)

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.

(Henry van Dike)

Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto.

(Séneca)

Si sólo se tratara de ser felices no sería difícil: lo malo es que queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad.

(Montesquieu)

Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.

(Antoine de SAINT-EXUPÉRY)