EL CASTILLO
Anclada fortaleza, león dormido | |
que alardeas de puerta blasonada, | |
de airoso campanil, de noble espada, | |
de castellano viejo y aguerrido. | |
En las venas del pueblo tienes nido, | |
y el airón de tu crónica pasada | |
ha grabado en la piedra etemizada | |
el perenne fulgor de tu latido. | |
Ascético, desnudo, solitario, | |
has hecho de tu estancia relicario | |
y de tu altura torre de vigía. | |
Mantienes la entereza del guerrero; | |
sólo ha podido hacerte prisionero | |
el mar que te enamora cada día. |
Carlos Acosta |
Tenerife |
El Puerto Truncado |