La Habana
Cierto es que, aquí más que en ningún lugar, el decir voy a Cuba, significa ir a La Habana. No es solo la capital, sino el centro neurálgico de la isla, referencia obligatoria, en definitiva, el alma de Cuba. Este es breve recorrido por sus calles. En dondequiera, existe una foto, una imagen, un recuerdo que retener. Tal vez sea visualmente la forma más eficaz de transmitir mis impresiones, emocionales y fotográficas. EL MALECÓN Su visita, no es tan solo obligada, es casi imposible evitar. Consiste en un enorme rompeolas al que La Habana (central) mira al mar. Allí se encuentran -como en casi toda la ciudad-, personajes únicos, que pareciera se desprenden de una novela de Hemingway, el cual, también adoraba a La Habana. Uno de esos personajes bien podría ser este anciano negro arrastrando su pasado como única mercancía tangible.
Anciano paseando el El Malecón (Pulse para obtener imagen completa)
No ha de sorprender que en una nación en donde hay escasez de, prácticamente todo, aquellos que deseen ir a pescar y aportar un poco de comida a sus hogares, hayan de utilizar las viejas cubiertas -caras de encontrar, por cierto-, de aviones y Dios sabe de dónde. De ellas se suele confeccionar las famosas balsas utilizadas por los así llamados balseros.
De pesca (Pulse para obtener imagen completa) |