Los anarquistas ganaron la partida. Al cabo de una jornada de violencia desatada, el presidente de la República italiana y primer ministro Silvio Berlusconi, anfitriones de un G-8 blindado, comparecían en público para manifestar su «dolor por la pérdida de una vida joven», la de Carlo Giuliani, de 23 años natural de Roma y residente en Génova, primera víctima mortal de este enfrentamiento, el 20 de julio del 2001. |
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