Contemplando a sus usuarios, me viene a la memoria el consejo que a su corazón le dio el poeta norteamericano T.S. Elliot cuando le dijo:

"Espera en la desesperanza, porque si no sería esperar en el desvarío"

Ése sea tal vez el inconsciente arte de vivir y de esperar a la guagua. Esperar sin estar esperando, pues si no sería una locura, ya que quien espera, desespera.

(Tal vez venga la guagua, tal vez no, y si viene, ya me subiré)

No ha de sorprender que uno se encuentre con escenas de lo más entrañable, tal vez dignas de haber sido pintadas por cualquier pintor de la Escuela Flamenca.

Contemple al joven de su derecha. Absorba la imagen y consérvela grabada en su mente. Y la próxima vez que en Madrid, Barcelona, Bilbao o Zaragoza llegue usted tarde a su cita por culpa del autobús, rescátela y sumérjase en su placidez. Verá como poco a poco se le calman los nervios.

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